La expresión plástica como elemento didactico en niños autistas
Las palabras imponen límites que es muy difícil
sobrepasar. Las imágenes tienen mayor poder de penetración, a nivel de la
mente; por esta razón, se entiende que el arte es un valioso y efectivo
instrumento en el campo del arteterapia.
El neuropsiquiatra infantil Dr. Diez Cuervo establece que
desde los primeros meses de edad la mano se manifiesta como el instrumento
principal de conquista del mundo, pero que necesitará tiempo para que los
movimientos permitan una presión y una coordinación cada vez más fina para
poder utilizarla como herramienta de dibujo. Además será necesario que el niño
sea capaz de captar las propiedades fundamentales de los objetos (forma, color,
tamaño, textura…), que alcance una maduración perceptiva suficiente, que domine
las nociones de espacio y que identifique las imágenes que él conoce.
El dibujo es expresión sólo cuando existe una intención;
es decir, cuando está orientado hacia los demás, y así, al igual que un niño no
aprende a hablar si vive aislado, porque no puede existir expresión verbal sin
la presencia de otras personas, sin intencionalidad ni intercomunicación, el
niño se expresará mediante el dibujo pensando en los demás.
Para dibujar necesitamos la maduración y la participación
de muchas estructuras cerebrales.
Por tanto dibujar es un acto voluntario complejo en el
que participan el cerebro y la mente, como un sistema funcional que agrupa
varios niveles y diversos componentes, cada uno de los cuales aporta su propia
contribución a la estructura final de la actividad mental.
El autismo es un fenómeno real y grave, que exige un
tratamiento largo, complejo y paciente, en el que no se producen milagros
portentosos. Lo que el dibujo puede aportar a este tipo de educación
depende del nivel del individuo autista al que va dirigido tal lenguaje.
Se puede jugar con las secuencias, las expresiones
gestuales, pero no con el propósito de que ellos mismos representen en sus
dibujos aquello que son capaces de describir verbalmente. También se puede
utilizar como medio para entrenar habilidades conversacionales, anticipar
momentos y recordar otros (estrategias de memoria), entender acciones y
emociones. Para ello es necesario tratar temas que conozcan, para dar más
sentido a lo que crean.
Las personas autistas tienen una buena capacidad para
comprender los datos percibidos por la visión. Por ello, el dibujo podría intervenir
estructurando historias narrativas de temas que conozcan y jugando con la
variedad de gestos expresivos de sus personajes, así como para expresar conceptos
aprendidos comprobando de esta manera que han sido aprendidos e interiorizados.