Musicoterapia
Los musicoterapeutas utilizan el tono, el ritmo, la melodía y la letra de manera específica, con la intención explícita de afectar a la cognición o la emoción en la persona que los está escuchando.
La musicoterapia se convirtió en una profesión clínica en la década de 1940, después que los médicos y las enfermeras notaran que los veteranos de guerra que sufrian un trauma emocional y físico respondieran bien a los músicos que dieron actuaciones de voluntariado en hospitales. Sin embargo, la profesión pasó décadas al margen de la ciencia médica, hasta principios de 1990 cuando los avances en las tecnologías de neuroimagen confirmaron que las actividades musicales tuvieron profundos efectos en el cerebro.
Los investigadores de las fronteras de la terapia de la música han desarrollado una fuerte evidencia de que las intervenciones musicales pueden reducir el dolor crónico, ayudar a los pacientes con ictus a recuperar el habla, aumentar la participación social en los niños con autismo y ayudar a los pacientes con daño cerebral adquirido o la enfermedad de Parkinson a mejorar su modo de andar.
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